Por Till Simon Nagel (dpa) – La nueva experiencia intuitiva e interactiva que promete Samsung para sus nuevos portátiles Galaxy Book es algo que los usuarios de Apple conocen desde hace años.

Para estos, intercambiar archivos del teléfono al ordenador y viceversa con ayuda de Airdrop, o bien sincronizar datos en el almacenamiento en línea y procesar textos, hojas de cálculo, correos y presentaciones sin aplicaciones adicionales a través de iCloud, ya es parte del día a día.

Los usuarios de Windows no cuentan con estas opciones directas, y para realizar determinadas tareas se ven obligados a recurrir a programas de pago, aplicaciones adicionales o servicios de terceros.

Y aquí es exactamente donde entra Samsung en juego: los portátiles Galaxy Book y los teléfonos móviles Galaxy trabajan ahora en paralelo. ¿Cómo funciona?

Los nuevos portátiles no son visualmente llamativos. Sencillos y elegantes, son suministrados con Windows 10 en tres versiones: una convertible, el Galaxy Book 360, un modelo de mayor tamaño, el Galaxy Book, y una variante delgada de alto rendimiento, el Galaxy Book Pro.

En su interior incorporan chips Intel desde Core i3 hasta i7, de 8 a 16 gigabytes (GB) de RAM, hasta 512 GB de almacenamiento en disco duro y conexión inalámbrica LTE opcional (excepto en el 360). También se comercializa el modelo Galaxy Book Go con chip Qualcomm.

Todos los modelos tienen un acabado impecable, equipan buenas pantallas y teclados, así como sensores de huellas dactilares para el inicio de sesión. Además, prometen una larga duración de la batería. Un punto en contra: el lápiz digital y los controles táctiles solo están disponibles en el Galaxy Book 360. El Galaxy Book Pro tiene una pantalla AMOLED muy atractiva.

La configuración es rápida, y para llevarla a cabo se necesita una cuenta de Samsung que permite instalar en segundo plano los programas de la marca. Lo que podría ser una desventaja, pero no lo es, es que los usuarios tendrán que mantener su software actualizado tanto en Windows como en Samsung.

La solución de Samsung para el intercambio de datos se denomina Quick Share. La función viene preinstalada en los Galaxy Book y es compatible con todos los Samsung Galaxy con al menos Android 10. La configuración es sencilla: basta encender el dispositivo y seleccionar quién puede ver el ordenador o teléfono (nadie, contactos, todos).

En el momento en que se comparte un archivo en el teléfono móvil, la pantalla muestra los dispositivos compatibles cercanos. Un toque en el icono envía el archivo sin más y sin preguntar si realmente se lo quiere recibir o no.

En el portátil, Quick Share solo funciona cuando se inicia la aplicación correspondiente. A cambio, la velocidad de transferencia es rápida y permite enviar al ordenador incluso archivos voluminosos.

Si se quieren enviar archivos desde el portátil, solo habrá que hacer clic con el botón derecho del ratón. Quick Share aparece como una opción en el menú contextual de Windows. Al hacer clic en la función, se inicia la aplicación, donde se pueden encontrar otros dispositivos cercanos, que pueden ser otros portátiles, móviles o tabletas de Samsung. Actualmente, Quick Share solo está disponible para dispositivos Samsung.

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Los usuarios de Galaxy Book que no tengan un teléfono Samsung tendrán que recurrir, tal como lo venían haciendo hasta ahora, a un almacenamiento en la nube al estilo de OneDrive o Google Drive o bien a la aplicación «Compañero de tu teléfono», de Microsoft.

Esta conecta el ordenador y el teléfono a través de la cuenta de Microsoft. Una vez configurada, permite gestionar las llamadas y los mensajes de texto, acceder a las fotos y reenviar las notificaciones.

Sin embargo, no es tan práctica y rápida como Quick Share, y solo se pueden transferir archivos con el ordenador y no desde el teléfono móvil. Esto se debe, entre otros, a que la función activa las advertencias de alto consumo de energía en muchos dispositivos Android.

Quick Share es una buena herramienta para compartir archivos de forma ágil y facilita, además, el trabajo con varios dispositivos. Con los demás programas instalados por Samsung en los Galaxy Book, desaparecen muchas de las molestias que antes tenían los usuarios de Windows al manejar un portátil y un móvil. Ahora, por ejemplo, pueden transferir archivos fácilmente sin tener que subirlos a algún sitio, enviarlos por correo o moverlos a las memorias USB.

En definitiva, Quick Share es «solo» una aplicación para portátiles y teléfonos móviles Android de Samsung. Los que utilicen otras marcas tendrán que conformarse con la aplicación «Compañero de tu teléfono» o con el incómodo Nearby Share, de Google, para intercambiar datos entre móviles Android.

Lo que se echa en falta en el paquete de Samsung es un almacenamiento online limpiamente integrado con su propia solución de calendario y software de productividad. Esta integración permitiría a Samsung ponerse a la altura de la iCloud de Apple.

En su lugar, se ofrece el paquete Office 365 de Microsoft y el almacenamiento online OneDrive. Estos servicios están bien integrados en Windows, y también funcionan razonablemente bien en los teléfonos Android. Sin embargo, la funcionalidad completa solo está disponible con una suscripción de pago.

Samsung hace ahora lo que Apple viene haciendo desde hace tiempo: en lugar de ofrecer una tecnología de intercambio de datos abierta, apuestan por una solución solo para sus propios dispositivos. Más allá de si se está de acuerdo con esta estrategia o no, el hecho es que Quick Share funciona y garantiza que se pueda trabajar de forma rápida y sencilla con los Galaxy Book y los móviles Galaxy.

Al menos en el caso de los dispositivos de Samsung, esto elimina un antiguo y molesto obstáculo. Para los usuarios que ya dispongan de un teléfono Samsung y buscan un portátil, uno de los Galaxy Book podría ser una buena solución con valor añadido.

Aquellos que no tengan un móvil de Samsung obtendrán portátiles sólidos y versátiles, pero sin una conexión fluida con el teléfono móvil.

Fuente: dpa