– Los que peor se alimentan son los hogares con más miembros y menos ingresos

– Quienes teletrabajan cocinan más, consumen más frutas y verduras y menos fritos y precocinados

MADRID, 01 (SERVIMEDIA)

Aunque los comportamientos dietéticos son más saludables que hace unos años, cada vez más personas, principalmente jóvenes, practican la ‘alimentación silenciosa’, que consiste en sentarse con la única compañía de una bandeja y con la vista fija en una pantalla, un hábito perjudicial, ya que, según los expertos, compartir la comida está relacionado con una dieta más saludable y hace que las personas sean más felices.

Es una de las conclusiones del informe ‘Sociedad y decisión alimentaria en España’, que presentaron este miércoles el Instituto Universitario CEU Alimentación y Sociedad y Fundación Mapfre y que pone de manifiesto que la pandemia, el teletrabajo y la crisis económica han influido a los españoles en varios aspectos que tienen que ver con lo que comen, cómo lo hacen y con quién, y que actualmente, la peor situación la sufren los hogares con mayor número de miembros y los que tienen menores ingresos.

Los españoles realizan las tres comidas principales (9 de cada 10) y con respecto a hace cinco años dedican más tiempo a todas ellas: una media de 17 minutos a desayunar (el 26% de pie), 37 minutos al almuerzo, y 30, a la cena. A pesar de la alta proporción de españoles que declara comer y cenar en compañía de familiares o amigos (entre el 64% y el 86%, dependiendo de si es de lunes a viernes o en fin de semana o festivo), destaca la alta proporción de personas que comen (39,7%) y cenan (38,4%) en el hogar, viendo la televisión u otro tipo de pantallas, un porcentaje que supera al número de personas que comen sentados, conversando y los que prestan atención a la comida.

Destaca el hecho de que los mayores de 65 años son los que con mayor frecuencia comen sentados y prestan atención a la comida; los jóvenes de 18 a 30 años, los que habitualmente comen de pie; y los que tienen entre 31 y 64 años, que son los que con mayor regularidad se sientan a la mesa y aprovechan para conversar, una tendencia que ha descendido notablemente en los últimos años.

PEOR DIETA

Además, el 35,5% de los encuestados reconoció que su situación ha empeorado con la pandemia y ha influido en su dieta. Entre las personas más afectadas económicamente, tres de cada 10 ha bajado el consumo de frutas; dos de cada 10, compra más comida preparada; y el 14% ha acudido a programas de ayuda alimentaria.

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Además, en el momento de la compra, la mayoría tiene en cuenta el precio y muy pocos, el origen del producto, aunque ha disminuido la compra en el mercado tradicional y las tiendas de barrio y se ha incrementado en los hipermercados.

Otra de las realidades que llama la atención en el estudio es que el teletrabajo representa una parte importante de la jornada y no ha modificado sustancialmente los ritmos alimentarios de la población española.

Lo realiza de forma regular el 45,6% de los encuestados (el 27,8% a partir de pandemia), principalmente los jóvenes entre 18 y 30 años (54,8%), con mayores niveles de renta y residentes en municipios grandes.

Pero aquellos que trabajan en remoto cocinan más; consumen más frutas, verduras y legumbres, y menos fritos, precocinados y bebidas alcohólicas; dedican un cuarto de hora más de tiempo a comer; y lo hacen en mayor medida frente a la televisión u otro tipo de pantalla (un 40% más que antes) así como en compañía de la familia (un 49% más que antes).

HAMBRE Y OBESIDAD

En la presentación participaron el director de Promoción de la Salud de Fundación Mapfre, Antonio Guzmán, y el catedrático de Nutrición y Bromatología, director del Instituto Universitario CEU ‘Alimentación y Sociedad’ de la Universidad CEU San Pablo (Madrid), Gregorio Varela Moreiras, también investigador principal del informe, quien subrayó que «no estamos en el mejor momento de la alimentación», ya que «aún no hemos sido capaces de vencer el problema del hambre, que lamentablemente ha crecido en 2022 debido a la pandemia y a la crisis económica, lo que nos aleja del cumplimiento de la Agenda 2030».

«Seguimos enfrentándonos a la obesidad, más frecuente entre las clases más desfavorecidas», señalaron. Con respecto a España, indicaron que en los últimos años se ha producido una «cierta ruptura de nuestro legado mediterráneo», basado en pautas y hábitos heredados que promovían un consumo variado de productos, de proximidad y temporada».