De promesa a realidad. La llegada de la RPA (Robotic Process Automation) y la IA se han convertido en la base de la nueva dinámica empresarial gracias a la capacidad de optimizar la mayoría de procesos con la automatización de tareas repetitivas y la capacidad de adaptación que tiene, a día de hoy, la tecnología.

Uno de los grandes pasos de la optimización de procesos con RPA e IA está relacionado con los bots, que ya no sólo ejecutan las normas que se les programaban, sino que son capaces de interpretar textos complejos, generar respuestas e, incluso, son capaces de proponer soluciones y acciones a tomar tras el análisis de datos.

“Los procesos que antes requerían revisión humana especializada se están empezando a convertir, gracias a toda la automatización e interpretación de la tecnología en decisiones casi autónomas”, explican desde Edge Expertise

Los beneficios reales ya se ven en muchos sectores. Por ejemplo, empresas del sector salud y finanzas han logrado reducir tiempos de procesamiento, errores y costes operativos en las tareas más tediosas y que no aportan riqueza, mientras que ahora este tipo de profesionales pueden dedicarse a tareas que de verdad aportan valor a la compañía.

Según los últimos estudios, se pueden llegar a ahorrar miles de horas al mes cuando la extracción y validación documental, por ejemplo, se automatiza. Además, este hecho permite mejorar la precisión y evitar errores humanos con un retorno más que medible.

Sin embargo, no todo es automatizar por automatizar. La tecnología debe entenderse como una forma de ayudar a las compañías, pero necesitan métricas claras: tiempo, coste, calidad, cumplimiento y gobernanza de datos y modelos. 

Quizás también te interese:  Consejos para gestionar tus contraseñas de forma segura

La urgencia de adoptar estas herramientas es también macroeconómica: el mercado de RPA crece rápidamente y la automatización está dejando de ser diferencial para convertirse en requisito para competir. Las organizaciones que retrasen la modernización enfrentarán costes operativos mayores y menor agilidad frente a competidores que optimicen procesos con IA y RPA.

¿Cuáles son las recomendaciones?

Para empezar el camino hacia la automatización no es necesario ser una empresa tecnológica ni disponer de grandes presupuestos. 

El primer paso consiste en identificar cuáles son las tareas repetitivas y de poco valor que consumen tiempo del equipo: generación de reportes, carga de datos, validaciones o envío de correos rutinarios, etc. 

A partir de ahí, se puede realizar una evaluación eligiendo procesos donde una automatización pueda mostrar resultados rápidos y medibles. Es recomendable iniciar con proyectos piloto pequeños, apoyarse en herramientas de RPA fáciles de implementar —muchas de ellas con interfaces visuales y bajo código— y acompañar la implementación con una oportuna formación para que quienes vayan a usarlo entiendan los beneficios y se involucren. 

Este enfoque gradual permite construir confianza, medir resultados y escalar   progresivamente hacia automatizaciones más complejas, garantizando que la tecnología se adapte al negocio y no al revés.